Hoy en día por los ritmos y los tiempos tan acelerados en los que vivimos es cada vez más difícil que los hombres contemporáneos tengan una relación con el descanso que enriquezca su personalidad en el disfrute con el encuentro de paz y tranquilidad propia.
Por lo que las personas en sus pequeñas micro-pausas tienden a recurrir a actividades de corto tiempo las cuales les cause satisfacción y donde puedan desarrollar su mente de diferentes formas ya sean malas o buenas. De esta forma dan paso a diferentes actividades en las que emplean estos pequeños tiempos.
Ocio y tiempo libre
Es necesario aclarar una serie de aspectos como lo es “el tiempo libre” y su diferencia con el ocio, pero esto con el fin de posicionarlo y poder ubicarlo dentro del tiempo que viven los individuos.
“El tiempo libre” parte de un marco de desarrollo industrial. La revolución industrial resulto ser una transición para los diferentes modos de vida de los sujetos. Debido a los tiempos laborales deshumanizantes por las largas jornadas y donde se sometía a trabajos arduos a niños y adultos, surgieron incipientes organizaciones gremiales que demandaban “tiempo libre”. Los reclamos eran de tiempo libre de trabajo que les permitiera descansar y aquí es donde se comienza a concebir lo que es el tiempo libre. Esta lucha se logra reduciendo las horas de trabajo. Asimismo, aparece la demanda por la necesidad de un tiempo de desarrollo cultural y social, llegando así, a las vacaciones pagadas y todo un desarrollo turístico que se lleva a la práctica dentro del tiempo libre. (Funlibre, 2011. 10 marzo).
Pero ahora centrémonos en el ocio. Este concepto con raíces griegas, donde se le concibió como aquello que permitía desarrollar la potencialidad del ser humano, y entonces se torna un ideal para los individuos.
Toda vivencia se da en un tiempo y necesita de él para su gestación y desarrollo. Cuando decimos tiempo libre, solemos referirnos a un marco temporal donde hay posibilidades de hacer cosas de cualquier tipo y donde hay ausencia de obligaciones. Pero “tiempo de ocio” y “tiempo libre” son dos cosas distintas. Primero, el individuo se desenvuelve en tres tiempos: el primero, un “tiempo social”, donde se inserta nuestra historia, nuestro tiempo pasado; el segundo es un “tiempo laboral”, donde se llevan a cabo las obligaciones de trabajo, así como, los tiempos de traslado tanto al hogar como al trabajo, obligaciones familiares, tiempo necesario para las necesidades fisiológicas (sueño, comida, aseo, etc.); por último “el tiempo personal”, donde se da la vivencia del tiempo puro, es el que pertenece a cada cual, es “el tiempo libre”, y es en esta temporalidad donde el ocio puede insertarse. La vivencia del ocio se produce cuando se lleva a cabo como experiencia completa y con sentido, es decir, cuando existe u proceso con inicio, desarrollo y final. (Cuenca. 2000)
Por otra parte nos dice Munné (1980), que para estudiar el fenómeno del ocio es preciso hablar de “tiempo”. Nos habla de un tiempo destinado a ocupaciones asignadas y un “tiempo libre” donde el individuo puede hacer cosas mediante decisión propia. Munné, nos habla de un tiempo libre, donde se da una libertad de acción sin la necesidad de una influencia externa que las impulse y que está destinado al puro disfrute personal. Nos describe al ocio, como un tiempo no pagado y por tanto no vendido al trabajo, que pertenece al individuo y en el que este puede actuar espontáneamente mediante una libertad de elección, pero que incluso se pudiera orientar al trabajo, pero que no se mezclan fácilmente en las tareas diarias. El ocio es elección libre de actividades que complementan la personalidad, como actividades laterales al trabajo alienador.
De manera más concreta, el ocio, son aquellas actividades que se pueden llevar a cabo durante el tiempo libre, tales actividades son de libre elección. La curiosidad nos puede incitar a descubrir alguna actividad que nos llene de goce, que alimente nuestra alma, que permita auto realizarnos. La lectura podría ser una actividad de ocio, que incluso puede llevarnos a un estado de armonía y paz psíquica, procurando la salud personal. Realizar una actividad de ocio, significa, darse “tiempo para uno mismo”. El ocio puede ser una manera de combatir la angustia y la depresión, procurando una salud emocional en los individuos que lo adoptan durante su vida cotidiana. (Cuenca. 2000).
El ocio, se refiere al tiempo libre o ausente de una obligación, es un estado de tranquilidad y libertad; “es un conjunto de ocupaciones a las cuales el individuo se entrega con plena aceptación para descansar, divertirse o desarrollar su información desinteresada y su participación social voluntaria, después de ser liberado de la obligaciones profesionales, familiares y sociales”. (Dumazedier, 1965, p.2)
Orígenes del ocio
Según la religión El ocio tiene su origen en la Biblia de la siguiente forma “descanso Dios el séptimo día de cuanto hiciera; y bendijo el día séptimo y lo santificó, porque en él descansó Dios de cuanto había creado y hecho”, aquí se ve reflejado que el tiempo libre es una recompensa que tienen solo los que han terminado su trabajo. En el Antigua Testamento la norma establecida era el ocio, pero esta fue sustituida por el trabajo a partir de la caída de Adán a la tierra, pues ahora su alimento seria ganado con el sudor de su frente pues era ese el carácter de la maldición divina. (Génesis 2,2.)
Entre los ejemplos antiguos que podemos mencionar encontramos el descanso que se veía en los ciclos agrícolas, púes se disfrutaba de él solo en los periodos intermedios de cosecha a cosecha pues el tiempo libre variaba conforme a las estaciones del año y era solo para cargar energía, en cuanto al desarrollo personal los griegos tenían actividades físicas e intelectuales ciencia, filosofía, arte y política pues lo consideraban como herramienta de realización personal y colectiva.
Ya para los tiempos de la Edad Contemporánea el tiempo libre deja de ser motivo de alegría pues al suspender labores los días de fiesta significaban la pérdida de dinero, pero al tener trabajo sacrificarían su ocio acompañados de su familia; el tiempo libre aparece como una conquista brutal y reglamentada, adquirida contra el reloj del empresario burgués.
Por otra parte después de largos años la gente adinerada como los Burgueses que se sentían privilegiados como únicos practicantes del ocio vieron con el paso de los a los años como se les era expropiado el tiempo libre, el cual pasaba a manos de los trabajadores y se puede ver que en la actualidad este día a día tiene una repercusión más amplia, por ejemplo “el ocio tiene una función terapéutica obvia; pero paradójicamente se descuida mucho […] el descanso permite recuperarse de la fatiga física, y la diversión libra de las tenciones nerviosas y restablece el equilibrio psicológico; el ocio pues contribuye a mantener un buen estado de salud”. (Sue, 1980, p.94)
Diferentes empleos del ocio
Un ejemplo más del ocio es el deporte en él se ve la competencia que ayuda a solicitar la personalidad que se ve lesionada en las rutinas mecánicas de la vida cotidiana, en algunas personas es la principal fuente de identificación en sus vidas, este es una figuración social que está controlada y organizada en la cual pueden jugar y observar ya que este es el responsable de propiciarles emociones como la de agrado y placer, (Dunning, 1986).
El ocio comprende descanso (tiempo suficiente para que los individuos recuperen el desgaste físico y mental consecuencia del trabajo, en la actualidad por el ruido, el tránsito y la contaminación), la diversión (actividades agradables para el sujeto como deportivas, recreativas y culturales) y el desarrollo personal (es la más necesaria y deseable).
Conforme pasan los años ya en la actualidad estar en casa se convierte en excepción y el papel de la familia como como principal agente socializante es desplazado por otros medios como la radio, televisión e internet, ya que la ciudad acelera los tiempos de una forma exponencial y con esto el gusto por los medios de comunicación giran en torno del Internet, el cual es considerado una herramienta de comunicación con los amigos y familiares utilizando por ejemplo el Facebook, Messenger y Twitter en general son los que mejor se adaptan en nuestra distribución de tiempos, nos ayuda como forma de organización ya sea para las labores en el trabajo, culturales o políticas, en otras que tengan relación con música o deportes es indudable que ni las pausas en el almuerzo escapan de este fenómeno pues se ve reflejado en él un ocio que ocurre entre bloques productivos en los tiempos de espera, en él podemos observar consumo de videos, publicidad, música y literatura. (Igarza, 2009)
Ocio y consumo
El ocio también se ve reflejado en el consumo pues al salir de paseo, salir a comer, ir al cine, comprar un libro o ir de compras y porque no ir al teatro trae consigo gastos, en algunas ocasiones gasta más de los presupuestario, para este factor uno de los responsables es la publicidad ya que esta convence a la persona a comprar artículos que en muchas ocasiones no necesita, el hombre del ocio es absorbido por el hombre del consumo.
Hoy en día nos invade una cultura del entretenimiento, y una industria que redescubre el ocio. Ahora se demanda una mayor cantidad de horas libres y un aumento de ingresos económicos, provocando un aumento de competencia entre industrias de entretenimiento. Esto ha propiciado que el ocio sea hoy en día un importante objeto de consumo. El ocio se vuelve mercancía que promueve la industria del entretenimiento, esparcimiento, recreación y turismo. Se está dando una explotación comercial del ocio turístico. (Vázquez. 2010)
Manuel cuenca (2000) nos habla de la T.V. como el gran turismo desde la quietud del hogar. La televisión viene a revolucionar nuestra psique, de tal manera, que deseamos el mundo que vemos en la pantalla. Por medio de la televisión se nos oferta el ocio.
-Sue, R. (1980) El ocio, Fondo de cultura económica, México.
-Igarza, R. (2009) Burbujas del ocio: nuevas formas de consumo cultural, La Crujía, Argentina.
-Dunning, E. (1986) Deporte y ocio en el proceso de la civilización, Fondo de cultura económica, México-Madrid-Buenos Aires.
-Dumazedier, J. (1965) Les Sciences Sociales et L’organisation du Loisir, Cujas, Paris, p.2.
-Génesis 2,2.
-Cuenca, Cabeza (2000). Ocio humanista: Dimensiones y manifestaciones actuales del ocio. Bilbao. Universidad de Deusto.
-Munné, Federico (1986). Psicosociología del tiempo libre: un enfoque crítico. México. Trillas
-Funlibre. (2004). Ocio, tiempo libre y recreación. Obtenida el 20 de febrero del 2011. Disponible en:
http://www.funlibre.org/documentos/idrd/fundamentos.html#_3._OCIO,_TIEMPO_LIBRE Y RECREACION
-Vázquez, Angie (2010). Las caras del ocio: aproximaciones psicológicas. Kalathos revista interdisciplinaria Metro-Inter. Vol. 4 No. 1. Disponible en: